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"Creo que puede suponer un cambio de mentalidad"
Entrevista a Eduardo Santos, Ministro de Justicia del Gobierno de Navarra
Navarra ha sido una de las regiones más fructíferas de España (y de Europa) en términos de desarrollo de la Justicia Restaurativa durante los últimos veinte años. Recientemente, con la aprobación de la nueva Ley Foral de justicia restaurativa, mediación y prácticas restaurativas comunitarias, y la celebración del próximo XII Seminario Internacional del EFRJ en Pamplona, Navarra vuelve a estar en la cresta de la ola en este ámbito. Esta nueva ley se erige como un elemento pionero a nivel español, siendo el único elemento legislativo específico sobre justicia restaurativa en el país, mientras que la celebración del Seminario contribuye a situar a Pamplona y Navarra en el foco de atención como organizadores del principal evento europeo de justicia restaurativa de este año.
En este artículo, entrevistamos a tres profesionales que trabajan en diferentes niveles del ámbito de la justicia restaurativa en Navarra para profundizar un poco más sobre cómo ha cambiado el contexto recientemente en la Comunidad Foral, así como cuales son las principales expectativas de cara al próximo seminario del EFRJ en Pamplona.
Eduardo Santos es Consejero de Justicia del Gobierno de Navarra desde 2019. Con formación como abogado penalista, cuenta con una dilatada trayectoria en el ámbito de la justicia restaurativa, siendo miembro de la Asociación Navarra de Mediación (ANAME) desde sus inicios, y formando parte de varios grupos de trabajo y comisiones sobre justicia restaurativa y mediación penal en Navarra y Euskadi. Como curiosidad, fue uno de los facilitadores que realizaron el primer encuentro de mediación víctima-infractor en Navarra en el año 2006.
Eduardo Santos fue entrevistado por Renata Soares Ramos Falcão (Becaria de Comunicación Foro Europeo de Justicia Restaurativa) y Pablo Romero Seseña (Becario de Políticas Foro Europeo de Justicia Restaurativa).
¿Cuáles fueron tus inicios en el ámbito de la justicia restaurativa? ¿Qué te llamó la atención para dedicarte a ello?
Yo vengo del mundo de la abogacía, sobre todo del ámbito penal y penitenciario. Entonces con una serie de personas que teníamos inquietudes en ese sentido, pues apareció alguien que estaba en ese momento trabajando en temas de mediación familiar. Te hablo del año 2002 o 2003. Y entonces lo que se nos ocurrió a nosotros, de forma autónoma, es que podríamos tratar de trasladar estos mecanismos de la mediación familiar al ámbito penal. Fue algo espontaneo y sin tener demasiado contacto con nadie a nivel internacional, y que vino generalmente marcado porque no estábamos dando respuestas satisfactorias ni para víctimas ni para victimarios en estos ámbitos.
A partir de ahí planteamos la creación de una serie de Grupos de reflexión, que fueron muy útiles para generar los primeros protocolos en España sobre mediación penal. En ese sentido fue esencial la colaboración con los Tribunales Superiores de Justicia y también la administración pública en el ámbito de la justicia. Luego se creó la asociación que lleva los casos (Asociación Navarra de Mediación; ANAME).
De hecho, como dato curioso, yo personalmente hice primera mediación penal en Navarra. Fue un trabajo lento de generación de documentos, protocolos, estructuras, etc. Cuando el gobierno vasco se plantea crear un servicio estable de justicia restaurativa, también empezamos a trabajar nosotros allí, en Gipuzkoa. En ese punto yo creo que pasé un poco del activismo a la práctica y la gestión de este tipo de recursos, donde fue vital la colaboración entre las distintas administraciones, nosotros, y el poder judicial. Esa experiencia se mantuvo durante muchos años; también participé en los procesos de encuentros restaurativos con víctimas y victimarios de ETA en los años 2009 y 2010, que fue una experiencia muy relevante.
En 2014 entro en una etapa más política, primero como portavoz de justicia en un grupo político en el parlamente de navarra, donde tratamos de impulsar alguna iniciativa relacionada con la justicia restaurativa, pero que no salió adelante por dificultades para establecer un marco común debido a la inestabilidad política.
Desde que entro como consejero de justicia en 2019, empezamos a trabajar de una forma más estable este tema. No tenemos marco estatal para la regulación de la justicia restaurativa, por lo que creímos necesario primero generar un marco teórico para el establecimiento de la nueva ley; la idea era generar esa estructura de justicia restaurativa de la que te hablaba antes. En ese sentido, la creación del servicio de Ejecución Penal y justicia restaurativa es un paso importante, ya que se crea un servicio independiente y específico de justicia restaurativa que se extiende con un marco común a todo el territorio de la región. Después de esta estructura, se empiezan a revisar, crear y actualizar los diferentes protocolos que son necesarios para la justicia restaurativa en colaboración con el poder judicial. Una vez se hizo esto, ahí fue cuando nos planteamos legislar y crear la nueva ley. Navarra, como comunidad autónoma, no tiene competencias en materia procesal penal, pero con esta ley sí que podíamos marcar unas bases y unos requisitos para garantizar el acceso a la justicia restaurativa en Navarra, y que esta sea de calidad y bajo unos estándares mínimos de formación.
Así pues, yo diría que la ley lo que pretende es principalmente asegurar la calidad y la formación de los servicios y profesionales que trabajen en estos servicios, así como poder extender la filosofía restaurativa a prácticas comunitarias que permita la participación activa de la ciudadanía en la resolución de conflictos. Para todo ello hay elementos a tener en cuenta como la creación de un Registro de Mediadores, un Sello de Calidad del Gobierno de Navarra, o diferentes Estrategias y medidas de estandarización para la evaluación y la formación de los profesionales.
Se plantea también la creación de un subgrupo específico de justicia restaurativa en el marco del Consejo de Justicia de Navarra, que es un órgano consultivo del Gobierno de Navarra.
¿Qué impacto esperáis que pueda tener esta nueva ley en Navarra?
Creo que puede suponer un cambio de mentalidad. Hasta ahora siempre hemos pensado que los conflictos los tiene que solucionar un tercero, generalmente el poder judicial. Y con esto yo creo que podemos ir introduciendo una nueva concepción para que sean las propias personas las que sean capaces de resolver sus conflictos de una forma mucho más autónoma. Esto puede permitir que las personas participen de forma activa en la creación de justicia, haciendo honor a lo que dice la Constitución sobre que «la justicia emana del pueblo». La idea es poder democratizar los métodos de resolución de conflictos. Somos conscientes que esto es complicado y no esperamos un cambio radical a corto plazo; esta es una ley con la mirada puesta en el futuro, que poco a poco puede permitir ir generando un cambio de mentalidad en la sociedad para poder avanzar en este sentido. Esta ley es un primer paso, es empezar a caminar en esta dirección, que creemos que es la adecuada. Pero somos conscientes que el camino no está exento de obstáculos, y tendremos que ver cuál es el contexto para ir avanzando.
¿Cuales pueden ser las implicaciones de la ley tanto a nivel regional, como nacional e internacional?
Pues, en primer lugar, esperamos que pueda tener un impacto positivo a partir del acuerdo para introducir una enmienda que pueda modificar la ley de enjuiciamiento criminal para introducir la justicia restaurativa desde un punto de vista procesal.
También hemos visto interés de otras regiones y comunidades en la ley, y de hecho estamos compartiendo nuestro trabajo con algunas de ellas porque sí que vemos que hay una voluntad clara de poder trabajar en este sentido. Yo creo que nuestra aportación aquí es que hemos abierto un poco el camino para que otras regiones valoren que dentro de las comunidades hay espacio para regular y legislar en materia de justicia y de justicia restaurativa. Es un poco lo más interesante, porque ahí sí que Navarra ha sido pionera.
También es cierto que hay que adecuar la regulación a cada región o territorio y a partir de ahí valorar qué y cómo puede mejorarse. Por ejemplo, en el caso de la reciente ley en Schleswig-Holstein se ha regulado la justicia restaurativa, pero como parte de lo que entendemos por probation. Por lo tanto, esto significa que solo es de aplicación a aquellos casos intra judiciales. Nosotros hemos querido ir más allá porque creemos que en Navarra había espacio e interés para dar un margen más alto para trabajar; lo que quiero decir es que cada región o país debe valorar conforme a su marco legal, contexto y situación cuales son los aspectos en los que una regulación de las prácticas restaurativas puede ser más útil.
Sobre el próximo seminario del EFRJ en Pamplona, ¿Por qué creéis que puede ser interesante/útil para vosotros la celebración de este evento en Navarra?
Para nosotros el ámbito europeo es importantísimo. Ha sido nuestro marco de referencia y nuestra guía. Sin el trabajo y colaboración de organizaciones como el Foro, nosotros no hubiéramos llegado donde hemos llegado. Es una referencia fundamental, y para nosotros es un honor que venga el EFRJ a nuestra tierra. Nosotros propusimos Pamplona porque el gobierno de Navarra es un gobierno que ha apostado por la justicia restaurativa.
Para nosotros la presencia del EFRJ aquí es un honor porque es un reconocimiento al trabajo que venimos haciendo aquí en Navarra. Quizás no tanto para exponer nuestro trabaja, sino para trabajar conjuntamente y hacer avanzar el campo de la justicia restaurativa en Europa. Nosotros podemos aportar la experiencia en policy making, pero creo que lo más interesante de este evento es que podamos trabajar todos de forma conjunto, tanto con el Foro, como con los participantes que asistan.
¿Por último, que mensaje te gustaría compartir con la red del EFRJ a modo de invitación para este evento?
Yo diría que Navarra es una tierra de acogida, donde todo el mundo es absolutamente bienvenido, es una tierra maravillosa para vivir y para visitar. Tanto por su gente como por su gastronomía, su paisaje, su cultura y sus lenguas. Esa inmersión en un mundo muy ancestral, si quieren disfrutarlo. Nosotros como gobierno estamos encantados de acoger a todas las personas que vengan al seminario, estamos seguros que va a ser una experiencia muy gratificante y enriquecedora para todos.
Eduardo Santos fue entrevistado por Renata Soares Ramos Falcão (Becaria de Comunicación Foro Europeo de Justicia Restaurativa) y Pablo Romero Seseña (Becario de Políticas Foro Europeo de Justicia Restaurativa).
Published on 25 May 2023.